Aunque es la enfermedad más frecuente en el posparto, muchas madres no son diagnosticadas ni reciben el tratamiento adecuado. La imagen idealizada de la maternidad que da nuestra sociedad, dificulta que muchas madres puedan expresar sus sentimientos y que se atrevan a pedir ayuda. La depresión posparto es una verdadera enfermedad que requiere tratamiento psicológico y médico urgente.
Antes que nada tenemos que diferenciar el “Baby Blues” de la Depresión Posparto. El Baby Blues aparece por todos los cambios que vivimos tras el parto (los cambios hormonales y la adaptación a todos los cambios).
Podemos sentirnos más irritables, más decaídas emocionalmente, cambios bruscos de humor, cansancio y llanto; puede afectar hasta al 80% de las mujeres y normalmente aparece hacia el tercer día de puerperio, pero, estos cambios emocionales son de alivio espontáneo y no requieren un tratamiento específico.
En cambio, la depresión posparto se produce a lo largo del año posterior al parto, con una prevalencia de un 10-15%. Aunque es la enfermedad más frecuente en el posparto, muchas madres no son diagnosticadas ni reciben el tratamiento adecuado. La imagen idealizada de la maternidad que da nuestra sociedad, dificulta que muchas madres puedan expresar sus sentimientos y que se atrevan a pedir ayuda.
La razón por la ocurre es multifactorial. Descartando las razones médicas, el haber tenido un parto traumático y/o haber sufrido violencia obstétrica pueden ser desencadenantes de la depresión posparto o incluso un síndrome de estrés postraumático. Por otra parte, haber tenido depresión durante el embarazo, o antes, es un factor de riesgo; la falta de sueño también es una de las cosas que más favorece la depresión; por eso es muy importante aprovechar cada ratito en que el bebé duerme para descansar o dormir (incluso siestas pequeñitas).
Los síntomas principales suelen irritabilidad, rabia, anhedonia (incapacidad para experimentar placer, interés o satisfacción en casi todas las actividades), abulia (pérdida motivación), confusión, olvido, culpa, incapacidad de afrontamiento y ocasionalmente, pensamientos suicidas, que pueden exacerbarse por falta de confianza, expectativas irreales sobre la maternidad y baja autoestima materna.
Aunque es la enfermedad más frecuente en el posparto, muchas madres no son diagnosticadas ni reciben el tratamiento adecuado. La imagen idealizada de la maternidad que da nuestra sociedad, dificulta que muchas madres puedan expresar sus sentimientos y que se atrevan a pedir ayuda. La depresión posparto es una verdadera enfermedad que requiere tratamiento psicológico y médico urgente.
En referencia a los factores de protección, uno de los factores protectores más importantes es la Lactancia Materna. Desde un punto de vista neurohormonal, las principales son la prolactina y la oxitocina. La prolactina, además de su implicación central en la producción de la leche, tiene efectos a nivel de adaptación cerebral que facilitan el maternaje y el vínculo, y tiene un efecto estabilizador ansiolítico; y la oxitocina, la hormona del amor, facilita el vínculo. Otro factor muy impórtate es el apoyo social y la ayuda entre madres.
Se ha podido ver que las madres que han tenido alguna dificultad emocional y que han accedido al apoyo de otras madres, muestran mejoras relevantes en su bienestar y salud mental, reduciendo de manera significativa sus puntuaciones en ansiedad y depresión y manifestaron sentirse menos aisladas. Para prevenir la depresión es importante contar con apoyo social (familia, amigos, grupos…), cuidar el descanso (durmiendo lo que puedas), bajar el nivel de exigencia (cuidado con las comparaciones, con querer llegar a todo, con creer que “no estás haciendo nada”…), salir un ratito para tomar el sol o hacer ejercicio suave, buscar recursos para ti misma o para el bebe (que te sirvan para calmarte y calmaros…) y encontrar momentos de disfrute(para cada persona será diferente: momento del baño, del paseo…). Y lo más importante, no tengas miedo de pedir ayuda. Para que la madre pueda cuidar a su bebé necesita que otras personas le cuiden a ella.
¿ Quieres saber más ?
Pide cita con nuestra profesional en psicología perinatal.