El miedo que vivimos

el miedo a ser madre ahora y el miedo a ser egoísta por querer serlo o no serlo

Durante la pandemia todas nosotras hemos conectado en algún momento con el miedo: a la muerte- la propia o la de alguien querido-, a la escasez de recursos, al caos, a la inestabilidad laboral o económica…. Desgraciadamente, muchas nos hemos topado con alguna (o varias) de estas realidades y/o han llegado a nuestras familias o círculos cercanos. 

Esta pandemia ha activado los miedos existenciales de mujeres y hombres, que se mantienen y se sostienen en un mundo actual en el que continúan y estallan guerras y se hace más eco del aumento de escasez de recursos. Se nos muestra un presente y futuro que a veces es difícil sostener y ver como esperanzador.

Sin embargo, también somos conocedoras de que no todo es color negro. La vida continúa y con ella los proyectos vitales de cada una de nosotras. He aquí cuando aparecen miedos – que ya estaban antes de la pandemia y todo lo que sucede en el mundo actual- pero que pueden haber aumentado:

el miedo a ser madre ahora y el miedo a ser egoísta por querer serlo o no serlo

Miedos que están presentes cuando una se plantea la maternidad en su vida, porque ser madre conlleva una reflexión: una conexión con el deseo y con la posibilidad de serlo. El hecho de vivir en una situación de crisis constante hace que aumente la incertidumbre, el miedo y la ansiedad ante esta opción.

Recordemos que el miedo, emoción universal y necesaria, nos ayuda a mantenernos con vida y defendernos de aquello que podemos considerar amenazante o de riesgo para uno mismo o para los demás. Al final el miedo y la ansiedad, en niveles adaptativos, nos ayudan a seguir viviendo. Otra cosa diferente es que sean estas emociones las que dirigen y orquestan nuestra vida generando malestar, en ese caso necesitan ser revisadas. 

En este momento ser madre es una responsabilidad, una opción, un deseo, pero no es una obligación por ser mujer. Ser madre es una decisión personal y privada, va mucho más allá de la capacidad reproductiva. Pero también hay condicionantes externos que una tiene en cuenta para ello, no sólo el deseo, también una valora si es el momento adecuado, si tiene apoyos, estabilidad emocional y económica… y también tiene en cuenta el miedo a la situación actual y al futuro.

Aquí entonces aparecen los opinólogos (dícese de aquel que opina sin que se le haya pedido, no aporta, sólo juzga desde su posición) de tu maternidad o no maternidad.

  • Eres egoísta por ser madre por (introduzca aquí cualquier motivo)
  • Eres egoísta por no querer/poder serlo (introduzca aquí cualquier motivo)

¿Es que acaso el miedo al futuro que viene hace menos válida la decisión de no ser madre?

¿Es que acaso decidir ser madre ahora hace menos válida mi decisión de serlo?

¿Quién determina esto? 

En este discurso las mujeres somos, una vez más, doblemente juzgadas, por serlo y por no serlo. 

Porque nuestra maternidad es deseada, tenemos apoyo social, económico o familiar, podemos y decidimos serlo. 

Porque nos da miedo este mundo pandémico, las guerras que hay, los recursos vitales o simplemente porque nos sale de la pepitilla no serlo. 


Nota: 

El miedo y la ansiedad pueden ser fuente de malestar o desajuste emocional cuando toman el timón de tu vida, condiciona las decisiones vitales o te deja bloqueada ante las mismas. Si te sientes identificada con esto puedes contar con nosotras para acompañarte y encontrar las herramientas necesarias para gestionarlo. 

¿ Quieres saber más ?
Pide cita con nuestra psicóloga.

más
articulos

Inicia Sesión