Estreñimiento en el embarazo

Hoy hablamos de la defecación en el embarazo. La defecación no parece ser de gran dificultad cuando vamos al baño con regularidad y nuestras heces tienen una buena consistencia, pero a veces esto no es así y se complica. Hay personas que sufren de estreñimiento, aquellas que no hacen deposiciones ni tres veces en semana y tienen una consistencia en las deposiciones dura y a bolitas. Ya sea por una mala nutrición, poca hidratación, patologías u otros problemas que afectan en este proceso. ¿Sabías que hay una escala de clasificación de las heces según la consistencia que puede determinar el grado de estreñimiento?

¿Sabías que hay una escala de clasificación de las heces según la consistencia que puede determinar el grado de estreñimiento?
💩 SE LLAMA ESCALA DE BRISTOL💩

¿El embarazo puede afectar a la defecación?

Hoy hablamos de cómo influye el estado de gestación en la defecación. ¿El embarazo puede dificultar la defecación? SI
Hablemos resumidamente del proceso de la defecación y que cosas podríamos hacer durante el embarazo para favorecer la evacuación de heces. 

En el proceso de defecación lo que ocurre es que las deposiciones llegan a la ampolla rectal y estimulan un esfínter involuntario que es el que nos da ganas de ir al baño. Por otro lado, nosotras voluntariamente decidimos relajar dos músculos que van a permitir la evacuación: el esfínter anal externo y el puborectal. La tensión de esta musculatura genera un determinado ángulo y cierre en el final del intestino dando lugar a la contención de heces. Cuando relajamos la musculatura ese ángulo se modifica y se genera la apertura. 

 

En teoría no haría falta ni empujar para defecar ya que es un proceso en el que tenemos que relajar. Pero empujar genera una evacuación más rápida y en algunos casos nos es necesario recurrir al empuje. Durante el embarazo nuestras vísceras cambian de posición, el intestino por el desarrollo de nuestro bebe se adapta y tiene más presión. Nuestro suelo pélvico está más tensionado ya que tiene que aguantar mayor peso por lo que relajar la musculatura también es más difícil. Todo esto sumado al tipo de nutrición que llevemos, ingesta de agua y otros factores como el no moverse, no hacer nada de ejercicio, la motilidad intestinal, cambios fisiológicos, el aumento del hierro u otros factores que puedan afectarnos, dificultan este proceso. ¿Qué podemos hacer?

  • Postura: es importante mantenernos en una posición buena durante la defecación para no realizar mucha hiperpresión hacia el abdomen y suelo pélvico. Debemos mantenernos ligeramente inclinadas hacia delante y pelvis neutra (ni sacar culete ni meter culete).
  • Posición de las caderas: flexión mayor de 90º a ser posible, ya que estiramos y favorecemos la relajación de la musculatura del suelo pélvico: puborectal . Podemos utilizar taburetes bajos para apoyar los pies y aumentar así la flexión de las caderas
  • Realizar empujes soltando el aire o diciendo una vocal. Evita empujes en apnea y flexión del tronco. Cuidado con empujar sin soltar el aire. Malísimo para el suelo pélvico, aumenta la incidencia de prolapsos y además podemos hacer un aumento de la diástasis por la hiperpresión abdominal.

    Cuando aun así no podemos ir al baño, podemos realizar la siguiente maniobra en nuestro suelo pélvico:  metemos el dedo pulgar en la vagina, quedando la zona de la yema mirando hacia atrás, notaremos la ampolla rectal donde se acumulan las heces. Sentiremos como están empujando las heces a la pared de la vagina, y realizaremos un empuje de las heces hacia atrás, más concretamente hacia el ano. Con este empuje las redirigimos hacia al ano para ser evacuadas, a nada que empujes saldrán.

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