La manera más sencilla de describir la fecundación in vitro es la unión de los gametos (óvulos y
espermatozoides) fuera del aparato reproductor, es decir, en condiciones de laboratorio, o lo
que es lo mismo, “in vitro”.
La manera más sencilla de describir la fecundación in vitro es la unión de los gametos (óvulos y
espermatozoides) fuera del aparato reproductor, es decir, en condiciones de laboratorio, o lo
que es lo mismo, “in vitro”.
Cuando las personas dicen que están en un “ciclo” de FIV, podemos distinguir principalmente
cuatro partes:
1. Obtención de los gametos. El proceso para conseguir los óvulos u ovocitos se denomina
estimulación ovárica y para la obtención de los espermatozoides en los casos más
sencillos es suficiente con la masturbación.
2. Unión del óvulo con el espermatozoide, pudiéndose diferenciar dos procedimientos
principales: FIV convencional o ICSI.
3. Cultivo embrionario.
4. Transferencia del embrión al útero y/o congelación.
1. Obtención de Gametos.
En los ciclos de estimulación se inician los fármacos hormonales entre el segundo y tercer día de
regla, estos fármacos proporcionan principalmente FSH para iniciar el reclutamiento y
crecimiento folicular, en ocasiones junto con una pequeña cantidad de LH, ya que se ha visto
que mejora los resultados en las mujeres de mayor edad.
La dosis de estas medicaciones va a depender de:
– Edad de la mujer
– Reserva ovárica
– Respuestas previas
– Índice de Masa Corporal (IMC)
Una vez iniciada la medicación, las consultas con la ginecóloga serán más continuas y en ellas se
valorará, mediante ecografía y analítica de estradiol, la cantidad y tamaño de los folículos que
albergan los óvulos en proceso de maduración. En el momento que presentan un tamaño
determinado, es necesario empezar con otra medicación, antagonistas de GnRH, la cual se utiliza
para prevenir el aumento de LH y por tanto la ovulación espontánea.
Finalmente, la última inyección será la que desencadena la ovulación y nos permita obtener los
óvulos mediante punción ovárica en el quirófano.
La punción consiste en acoplar una aguja a la sonda vaginal que se usa de rutina en la consulta.
De primeras esa aguja es muy grande y puede causar impresión, pero únicamente su extremo
final es el que entra en el ovario.
¿Qué es un óvulo maduro?
Los óvulos que podemos obtener ese día en la punción pueden estar en tres momentos de
desarrollo diferentes:
– Metafase II: aquellos a los que los embriólogos hacemos referencia como maduros
cuando os informamos. Esto significa que están preparados para fecundar y por tanto
son los que se usan en el tratamiento.
– Metafase I: se encuentran en un estadío madurativo anterior, esto significa que en
principio son inmaduros, pero a veces maduran en el incubador y pueden ser utilizados.
– Vesícula Germinal: Se trata de óvulos completamente inmaduros y no aptos para
fecundar.
El grado de maduración de los ovocitos puede extrapolarse habitualmente al tamaño de los
folículos, es decir, los folículos más pequeños contendrán óvulos VG, sin embargo, a veces existe
una descompensación madurativa entre el folículo y el óvulo.
Ese mismo día hay que preparar la muestra seminal de la pareja o el donante. En el primer caso
se le pedirá a la pareja que mediante masturbación recoja la muestra en un bote estéril. En
función de la clínica y la distancia de su vivienda tendrá más comodidades o menos. Es decir, si
vives cerca una posibilidad es que lo recojas en casa, en otros casos existen salas con recursos
gráficos habilitadas para la ocasión y en el caso más desfavorable tendrá que conformarse con
un baño.
La muestra seminal es procesada en función de sus características para obtener los mejores
espermatozoides que serán los que se usen en el paso siguiente. Por eso es importante realizar
un seminograma previo ya que podemos valorar la técnica de selección con anterioridad.
2. Unión del óvulo con el espermatozoide.
Una vez obtenidos los gametos tenemos dos opciones:
● FIV CONVENCIONAL: consiste en incubar los ovocitos con espermatozoides móviles y que,
de manera fisiológica, un espermatozoide penetre la membrana del ovocito y consiga
fecundarlo.
● ICSI: en este caso son los embriólogos los que escogen el espermatozoide y lo introducen
directamente en el interior del ovocito.
Al día siguiente será cuando os llamen del laboratorio para informaros de cómo ha ido la
fecundación. Es decir, de cuántos embriones se han formado.
3. Cultivo embrionario.
Dependiendo del laboratorio este cultivo puede durar entre 2 y 6 días aproximadamente, en los
cuales los embriones aumentarán su número de células y su tamaño. Sin embargo, también
habrá embriones que se bloqueen y no evolucionen, situación a tener en cuenta ya que es
habitual que no todos los embriones que se forman sean aptos para introducir en el útero o para
congelar (vitrificar).
Los embriones se pueden clasificar en función de sus características morfológicas asignándoles
una calidad que en España suele ir de la A a la D, siendo A el embrión de mejor calidad y D el de
calidad más baja. Esa calidad se ha relacionado con la probabilidad de implantación del embrión.
Existe también una opción menos subjetiva, mediante el estudio genético de alguna de sus
células para comprobar la carga genética, si bien se trata de una técnica invasiva para el
embrión, ya que es necesario realizarle una biopsia (ya hablaremos más delante de ello), aunque
cada vez se hace más se reserva para casos concretos.
4. Transferencia del embrión al útero y/o congelación.
Por ello, lo que se haría habitualmente es esperar al siguiente ciclo menstrual y, mediante un
ciclo natural monitoreando la ovulación y el endometrio, o bien un ciclo sustituido mediante
hormonas (que en este caso es más llevadero ya que se suele tratar de pastillas de estradiol),
preparar el endometrio y realizar la transferencia.
Se denomina embriones sobrantes a aquellos que no son transferidos al endometrio, entre ellos,
los que que presenten calidad suficiente para sobrevivir a la congelación y llevar a cabo una
gestación son vitrificados por si la beta es negativa o por si se desea una segunda gestación.